Oh Dios, que nos hiciste partícipes del misterio de Cristo crucificado y resucitado para nuestra salvación, que nuestro hermano (nombre), liberado de los lazos de la muerte, se una a la comunidad de los santos en la eterna Pascua. Por Cristo nuestro Señor.
Dios, Padre nuestro, escucha la oración de tu Iglesia y recibe en paz a nuestro hermano (nombre). Tú que lo creó a tu imagen y en el bautismo lo hiciste tu hijo adoptivo, hazlo partícipe de tu herencia.
Señor, Señor, Dios de espíritu y de toda carne, acuérdate de todos, de los que hemos recordado y de todos los que no recordamos y que han dejado este mundo con fe gloriosa. Deles descanso a sus almas, a sus cuerpos, a sus espíritus. Sálvalos de la condenación futura y hazlos dignos del gozo que hay en el seno de Abraham, Isaac y Jacob, de donde brilla la luz de tu rostro, de donde se desvanecen los dolores, las angustias y los gemidos.
No los culpe; no entres en juicio con tus siervos, ya que ningún ser viviente es justificado en tu presencia y porque ningún hombre en la tierra está libre de pecado y limpio de toda inmundicia, excepto nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, de quien también esperamos obtener misericordia el perdón de nuestros pecados y los de nuestros muertos. Del descanso a sus almas; borrar los nuestros y los pecados cometidos frente a ti de forma voluntaria o involuntaria, consciente o inconsciente.
Descansa, perdona, perdona, oh Dios, los pecados premeditados e involuntarios, cometidos consciente o inconscientemente con palabras, hechos u omisiones, con pensamientos secretos, públicos, deliberados o equivocados y que tu santo Nombre conoce. Concédenos un fin cristiano sin pecado y reúnenos a los pies de tus escogidos cuando quieras, donde quieras, como quieras sin tener que sonrojarnos por nuestros pecados para que también en esto como en todas las cosas tu santo y bendito Nombre pueda.
Sea muy alabado y glorificado., el Nombre de nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Las oraciones católicas son poderosas, todos los devotos de la iglesia han rezado por los muertos con el rezo del Rosario: “Orad por nosotros, pobres pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Por eso es bueno encomendar las almas a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo para que lleguen al descanso eterno.
¿Cómo rezar la oración para dar la luz a los difuntos?
Existen varias formas de orar a los difuntos para dar luz a sus almas. Todos los rezan con la Liturgia de las Horas están invitados a rezar todos los días por los difuntos. Así que esta invocación comienza el miércoles por la noche: “Dios misericordioso, recuerda a los que murieron hoy; que entren en tu Reino. “
La forma de orar es de la siguiente manera:
- Se comienza con una oración ante Cristo en la cruz, se contempla su rostro de amor entregado, quien nos introduce en el misterio de su paz.
- El líder de oración toma el rosario y comienza una plegaria por cada cuenta.
- Finalmente, en cada eucaristía o novenario se incluye una oración por el fallecido.
También puedes pedir de la siguiente forma:
- En el secreto de nuestro corazón: Puedes decir una oración personal desde tu corazón, no es necesario que sea audible ya que, Dios la escuchará.
- Ora con confianza: Debes tener confianza y fe al hacer la oración, recuerda que para Jesucristo no existen los imposibles.
Recuerda que al hacer una oración para dar luz a los fallecidos, estas demostrando ser una persona con misericordia. No solo estarás intercediendo por el alma del difunto, sino que estarás dando confort a los familiares en duelo.