Las 7 Etapas del Duelo por un Ser Querido

La muerte de un ser querido produce un impacto emocional tan fuerte que puede dejar en shock a cualquiera. Simplemente no puedes creer que esté pasando, empiezas a pensar que es imposible que haya muerto negando la realidad como parte de un mecanismo de defensa que tenemos todos los seres humanos contra el dolor y el sufrimiento.

Este mecanismo de defensa es tan fuerte que han ocurrido casos en los que las personas continúan negando el hecho de que esa persona se ha ido de este mundo aun después de ver su cadáver,

Solo reaccionan haciendo comentarios como “no es él”, “él debe estar en su casa como todas las noches a esta hora” dejando ver el gran impacto emocional que le causó su pérdida a pesar de que aún no la acepten.

Sin embargo, en algún momento comienzas a ser consciente de la dura realidad entendiendo que esa persona murió y no volverá.

Es entonces cuando llega la confusión sentimental, un momento en el que todos los sentimientos negativos posibles se mezclan, incluso los que no habías sentido jamás y hasta los que no sabías de su existencia.

Con frecuencia se distorsionan los acontecimientos, los pensamientos y la perspectiva se ve tan afectada que se pierde la vista de la realidad. Te sientes perdido en un gran laberinto sin saber que hacer, esta sensación de estar perdido es tan grande como la de frustración y la de incapacidad.

Las personas generalmente al sufrir esta confusión piensan mucho en lo que pudieron hacer y no hicieron, en especial si estuvieron cerca de la persona que falleció o con ella cuando eso pasó.

Durante toda esta confusión y la difícil tormenta de sentimientos negativos te adentrarás en la siguiente etapa, comenzando a sentir mucha ira y enojo como resultado de ser golpeado con todo lo anterior.

Pensarás que es injusto que se haya ido, con rabia dirás que entre todas las personas porque tenía que ser él o ella. Es en esta etapa donde más se nota el shock que produjo la muerte de ese ser querido porque la persona puede comenzar a decir y hacer cosas muy impropias de su conducta y personalidad como lo es maldecir al mundo.

Incluso algunos le echan la culpa a Dios en medio de su dolor, sin embargo, en este momento donde la vida te parecerá muy injusta y donde buscarás echarle la culpa a alguien por la muerte de esa persona, solo estarás viviendo el preludio del otro lado de este sentimiento, porque después de culpar al mundo en general será tu turno.

Es que sentirse culpable es inevitable, no importa que no tuvieras ninguna manera de evitar esa triste partida, siempre existirá ese sentimiento de culpa. En realidad este sentimiento más que ser causado por no haber podido evitar su muerte, la mayoría de las veces se debe a no haberle dicho a esa persona cuanto la amabas.

A entender que se fue y no volverá pero no fuiste capaz de hacerle saber lo mucho que significaba para ti. Y es que ¿Quién pensaría que su muerte llegaría tan rápido? “ayer estaba tan bien”, “hoy se despertó como todos los días no creí que algo así pasaría” eso es lo que solemos pensar y decir.

Ese sentimiento de culpa sin duda duele, es un dolor emocional tan fuerte como el físico y los episodios de angustia y ansiedad no se descartan.

La tristeza constituye una de las etapas más delicadas y peligrosas del duelo. La razón, es que se trata de un sentimiento muy fuerte que si no se controla podría hacer que la persona caiga en una depresión de la que le será muy difícil salir.

Es importante que entiendas que es normal sentirte triste y más si estás atravesando por una situación tan dura como esta, comprende que todo este momento de sufrimiento que ahora ves como una eternidad insoportable terminará, aunque justo ahora no sepas ni cuándo ni como pero pasará.

También debes entender que no puedes echarte a morir porque como dicen por allí; todo sucede por alguna razón y sin duda, tu vida sin esa persona experimentará un cambio considerable y está en tus manos hacer que sea positivo.

Cuando llegas a este punto, empiezas a aceptar las cosas como son, a aceptar la realidad de que esa persona ya no forma parte de tu vida físicamente.

Ya eres consciente de su ausencia y de que no volverá por más triste que resulte pensarlo. Y ésta a pesar de seguir siendo una etapa muy fuerte y dolorosa también es una etapa en la que sentirás cierto alivio, ya no eres víctima de la confusión, al fin tu mente empieza a aclararse y puedes ver una situación más realista.

Es justo este momento donde entiendes que estás destrozado y por lo tanto debes hacer algo al respecto.

Es el turno de la verdadera recuperación, esa recuperación que tanto necesitas, para ello tendrás que superar esa pérdida lo que solo lograrás haciendo muchos cambios en tu rutina y tu vida en general.

En esta etapa es muy importante que le prestes mucha atención a como era tu vida antes de tu pérdida y recuerdes que más que el derecho, tienes el deber de volver a vivir y ser feliz como antes. Si crees que no lo lograrás solo puedes conseguir ayuda profesional, la idea es que tu vida no sea dirigida por el duelo.